Teresita Frías

Salta

“Él señala la víctima, dice dos o tres cosas, y después viene todo ese enjambre de trolls y hace lo suyo”, cuenta Teresita Frías, una periodista que fue agredida públicamente por Javier Milei antes de que fuera presidente de Argentina. Fue la antesala de lo que vendría después: el ciberacoso, la invisibilidad y hasta la mudanza obligada.

El incidente ocurrió en julio de 2018 en Metán, Salta, durante una charla que Milei dio sobre economía. Teresita, con formación en esa materia, le realizó una pregunta que desencadenó la furia del entonces orador del evento. “Él empezó con toda la cátedra de violencia (…) Empezó a los gritos, ‘¿vos quién sos?’ ‘¿de dónde saliste?’”, recuerda la periodista sobre las agresiones verbales.

El ataque no se limitó al evento. Tras la agresión, Teresita fue víctima de ciberacoso por parte de seguidores de Milei. “Me mandaban solicitudes de amistad, mensajes con insultos, una cabeza decapitada”, describe. “Me empezó a dar miedo”, recuerda.

Paralelo al ciberacoso, la periodista además tuvo que ver en loop en la televisión el momento de la agresión verbal que padeció. Eso fue muy desgastante ya que, asegura, le había pedido a sus colegas que no volvieran a repetir audio ni video del momento.

Esta situación, además, contribuyó a sentir que perdía su identidad: “Teresita Frías ya no existe”, dice que pensó. “Cuando me presentaban en algún lugar era ‘la periodista agredida por’, o sea, ya mi nombre no existía. Y eso también es una forma de violencia porque te invisibiliza”.

El hecho la llevó a mudarse y también a replantearse si seguir trabajando como periodista: “Me afectó tanto que dejé de hacer radio por un tiempo”, reconoce. “Me hizo sentir insegura”.

A pesar del trauma, Teresita no se quedó callada. La justicia actuó de oficio y Milei fue obligado a realizar terapia psicológica. Sin embargo, Teresita nunca recibió una disculpa y hasta cambió el modo de manejar sus redes: “Tuve que restringir mi (perfil de) Facebook”.

La periodista rememora el hecho en entrevista con el equipo de Periodistas Amenazadas y sostiene que de alguna manera sirvió que otras colegas sintieran confianza para compartir con ella hechos similares. “Cuando sucedió, me acuerdo que me hablaban muchas colegas, de distintas partes de la Argentina que además de solidarizarse me decían, ‘Sabes que a mí me pasó con determinados funcionarios, políticos’. Inclusive colegas que estaban en el ámbito deportivo. (…) O sea ese bullying también creo que se agudiza muchísimo más cuando sos mujer”.

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