Luciana Peker
Solicitante de asilo
Luciana Peker, una periodista argentina referente en temas de género en América Latina y destacada por la CNN en 2024 por ser una de las 30 defensoras de los derechos de las mujeres (y una de las cuatro de Latinoamérica), se vio empujada a pedir asilo en España tras sufrir una escalada de violencia que, según sus propias palabras, “aniquiló” su carrera.
Un punto de inflexión en la experiencia de Peker ocurrió durante la presentación de su libro en Santa Fe. En una entrevista radial en vivo, fue víctima de un violento maltrato por parte del conductor. Según relata, “Se dio una situación de violencia, explícita (…) que creo que nunca le hubieran hecho a un varón escritor ni periodista: invitarlo para maltratarlo”.
La situación escaló cuando Peker contradijo la opinión del conductor, quien se sintió ofendido. ”Ahí es cuando empieza a sentirse ofendido, como que yo le digo que no lee y que es inculto”. La agresión verbal se extendió por más de media hora, incluyendo la lectura de mensajes violentos de la audiencia.
Peker anticipó en ese momento lo que vendría: “Lo que estaba viendo era no solo lo que estaba pasando en ese momento se los dije después a las personas que me llevaron, si no lo que iba a venir, que es un escenario como ustedes tienen monitoreado, de una virulencia mucho más fuerte contra la libertad de expresión y contra la integridad de las mujeres”. Poco después, tras el cambio de gobierno, fue desvinculada de Radio Nacional de Diputados TV.
Sin embargo, lo peor llegó con su cobertura del caso de Thelma Fardín. Tras la denuncia pública de la actriz por abuso sexual, Luciana comenzó a recibir amenazas de muerte y hostigamiento online. Un artículo de opinión titulado “Femicidios: no hay que liberar el uso de armas” intensificó el hostigamiento, llevándola a denunciar la situación ante la justicia en 2019. Peker describe acosos telefónicos que eran “incluso administrados desde un call center”. También señala la participación de “agencias de seguridad privada” y algunas “ligadas por supuesto al actual gobierno”.
Un dictamen judicial dictaminó la existencia de una “orquestación organizada para amedrentar y hostigar”. Según Peker, esta orquestación tiene “un hilo rojo entre las fuerzas de seguridad y el actual gobierno”. Luciana enfatiza que “no es el Whatsapp, no es un troll, sino que hay una orquestación”.
La falta de protección y la inacción judicial llevaron a Luciana Peker a tomar la dolorosa decisión de pedir asilo en otro país. “Me voy del país y pido asilo político porque hay riesgo, porque está demostrado que la justicia, que las personas que me amenazan de muerte, son personas que tienen acceso a fuerza de seguridad a inteligencia y armas y que había una orquestación para hacerlo”.
Su experiencia pone de manifiesto que la justicia, según Peker, “no investiga y no toma las medidas necesarias”. Incluso se le pidió silencio durante más de dos años bajo la promesa de un allanamiento que nunca se concretó, y finalmente su causa prescribió sin medidas efectivas, relata en la entrevista con el equipo de Periodistas Amenazadas.
Las consecuencias de esta violencia han sido devastadoras para su carrera. “Ahora estoy en cero completamente, o sea, cortan completamente la carrera profesional y si logro reinventarme es por pura necesidad de supervivencia y completamente sola, o sea, rompieron completamente la posibilidad de trabajar como periodista”.
Peker nunca imaginó que en Argentina su trayectoria profesional pudiera ser “aniquilada por esta violencia” y asegura que su caso no es aislado, señalando que muchas colegas eligen la autocensura ante el riesgo.
“Una cantidad de informes muy grande ya habla de un retroceso en la libertad de expresión, de la censura, la autocensura, la tecnocensura, de que la libertad de expresión no corre riesgos, sino que ya está sin ejercicio pleno en Argentina de parte de las periodistas mujeres”.
Luciana Peker hace un llamado a la comunidad internacional y a la “diplomacia feminista” para que reconozcan la vulneración de la libertad de expresión en Argentina, particularmente para las periodistas feministas.
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