Anónimo

La historia de VVV, licenciada en Comunicación Social y técnica en Periodismo, relata una serie de hostigamientos laborales que deterioraron su salud mental y la obligaron a dejar su trabajo en un medio de San Juan. El nombre fue cambiado a fines de proteger la identidad de la colega que conversó con el equipo de Periodistas Amenazadas a finales de 2024.

El hostigamiento comenzó con la llegada de un nuevo gerente. “El gerente que ingresó al parecer tenía otros planes para la empresa y no tuvo mejor idea que empezar a hostigar”, describe Andrea.

Las agresiones comenzaron siendo sutiles. “Inventar algo que había sucedido en una reunión… que yo había tenido una conducta violenta”, recuerda la periodista sobre la primera acusación falsa que enfrentó. Luego vinieron las mentiras sobre su trabajo como conductora del noticiero. “Decía que, por ejemplo, yo decía en el noticiero cosas que no iban con la línea editorial”, relata. “Me ponía a mí en una situación en la que yo realmente no sabía si es que no estaba entendiendo yo o era él el que me perseguía”.

El hostigamiento constante comenzó a afectar su vida diaria. “Eso empezó a repercutir en mi salud. Yo empecé a tener problemas para dormir y para comer”, confiesa. “Después, él reportaba a Mendoza que yo no hacía o hacía tal o cual cosa… entonces de Mendoza venían y me preguntaban a mí”.

Posteriormente el ascenso que había logrado fue tirado abajo y la cambiaron de cargo en el canal. Entre la confusión y el estrés, a la comunicadora le llevó tiempo identificar lo que estaba sucediendo y buscar ayuda. “Tardé en darme cuenta. Busqué ayuda psiquiátrica, me diagnosticaron depresión con episodios de ansiedad”. VVV tuvo que tomar licencia y medicarse durante meses. “Estuve 8 meses con clonazepam… Tenía muchas pesadillas”.

Finalmente, tras un largo proceso de licencias, reubicaciones y negociaciones, la periodista decidió desvincularse de la empresa. Aunque el hostigamiento laboral dejó huella en su vida: “Las secuelas que me dejó este trabajo hacen que ahora vea el mínimo de situaciones de violencia o estrés… Y tuve que dejar de trabajar (…) El ambiente de trabajo en los medios de comunicación es muy tóxico”, reflexiona.