Rosalía Cazorla
Tucumán
“Las viejas mujeres (periodistas) te decían que era parte de los gajes del oficio”, relata Rosalía Cazorla para referirse a ciertas violencias que se naturalizaron con el tiempo. Con amplia experiencia en radio, televisión y prensa escrita en Tucumán, la profesional describe cómo se normalizaba un ambiente laboral hostil hacia las mujeres durante el 2000. También detalla cómo se disciplinaba a las primeras que se animaban a levantar las voz.
“Eran muchos los hombres y éramos pocas las mujeres”, recuerda Rosalía sobre sus primeros años en radio. En ese entonces, recuerda haber sufrido acoso laboral por parte de un colega y cómo eso la llevó a renunciar a su trabajo.
En otro momento, fueron otros modos, sin dudas inadecuados, los que la llevaron a pasarla mal. “Te agarraba, te empezaba a masajear la espalda”, describe sobre la conducta de alguien que era su superior jerárquico, “o que venga y te abrace repentinamente”, agrega. “A otra de mis colegas le mandaban mensajes, cuando ella no le respondía, su respuesta era, por ejemplo, mandarle a hacer notas que no quería hacer”, agrega, ilustrando el ambiente de acoso generalizado.
Rosalía describe cómo estas conductas eran vistas como parte del esfuerzo laboral, incluso por sus propias colegas. “Era una situación normal, era como natural”, afirma.
Sin limitarse al espacio de trabajo, también vivió situaciones hostiles con los entrevistados. Recuerda el caso de un funcionario: “No necesitaba que él nos contara su primera experiencia sexual porque no venía al caso, estábamos hablando de otra cosa. Y después, que el tipo, por ejemplo, orinara en su despacho con la puerta abierta mientras estábamos esperando para hacerle una entrevista. Era ministro de Economía en esos momentos”.
Sin embargo, Rosalía se mantuvo firme en no naturalizarlo, momento en el que comenzaron a cuestionarla: “Soy de las primeras que empieza a levantar la voz en situaciones como estas. Pero así también es como que después es: ‘Acá viene la quilombera, acá vienen las que siempre hacen algún tipo de problemas’. (Hablar) me generó problemas laborales”.
Entre otras situaciones que tuvo que vivir a lo largo de su carrera, señala el sesgo en los temas de cobertura. “Mandar a mujeres a cubrir Policiales era como ¡wow!”, recuerda Rosalía cuando la trasladaron a esa sección como “represalia” por haberse quejado del acoso. “Eran cuestiones crudas que las mujeres no podíamos soportar”, dice con ironía
Más allá de estas situaciones que le tocó vivir en sus más de 20 años en el periodismo, Rosalía percibe un cambio positivo en la actualidad. “Las jóvenes hoy están mucho más plantadas”, afirma. “Tienen una voz mucho más fuerte de la que teníamos antes”. Sin embargo, reconoce que aún queda mucho por hacer. “Nos falta mucho aprendizaje… nos falta sacar el demonio de qué significa hablar de feminismo”, concluye.
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